El humo del tabaco, no me dejaba
diferenciar entre el bien y el mal.
Mis pulmones estallaban cada vez que corría
detrás de mis sueños.
[Idiota]
Vi pasar un carnaval de enfermedades mentales,
que festejaba la muerte de mi cerebro,
una carroza fúnebre, disfrazada de hippie,
para ocultar el dolor, la muerte y sus acompañantes.
Mi soledad agonizaba, nada la consolaba,
Las neuronas vestidas de prostitutas trataban de seducir,
una mente abandonada por su alma,
su cerebro y su corazón.
La muerte era inevitable, caí en sueños,
mientras veía pasar los espíritus libres, de los
que Nietzsche, a menudo me contaba. Me alegra
no haber conocido a dios,
Así, después de esta muerte, llena de
neuronas prostitutas, muertes hippies y carnavales
no sería juzgado para descansar en paz.
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